10 cosas que quizá no sabías sobre las baterías de las motos eléctricas

batería de motos eléctricas MCR-S

El Plan MOVES III está motivando a muchos usuarios a apostar por la movilidad eléctrica. Es cierto que las ventas de coches híbridos y 100 % eléctricos han crecido notablemente durante los últimos años, pero las cifras no se acercan ni remotamente a las ofrecidas por las motos eléctricas. Al fin y al cabo, estas ofrecen un mejor rendimiento en trayectos urbanos, que son los realizados con mayor asiduidad por los conductores en su día a día.

Ahora bien, hay un elemento que llama la atención de todos los interesados en comprar una motocicleta eléctrica. Hablamos, cómo no, de sus baterías, que son las responsables de determinar la autonomía (número de kilómetros realizados por cada carga completa) del vehículo. Por ello, aquí queremos hablar de aquellos aspectos más importantes que no son de dominio del público general. Presta atención.

1. Las baterías son sistemas antirrobo

La mayoría de scooters eléctricos, es decir, aquellos que ofrecen prestaciones similares a un ciclomotor y alcanzan una velocidad máxima de 45 km/h, utilizan una batería extraíble para alimentar el motor. De hecho, para poder recargar su autonomía, es necesario que el conductor la suba a su propia casa.

Como es evidente, una vez que se retira la batería, el vehículo no arranca. Por ello, en caso de no contar con un parking privado y tener que aparcar asiduamente en la calle, las motos eléctricas con baterías extraíbles son la mejor opción. Nadie podrá llevársela.

2. Se cargan en casa

Continuamos hablando de las baterías extraíbles, que actualmente son las más populares del mercado. En este caso, el usuario puede cargarlas en su propia casa usando un enchufe convencional y un cargador similar al empleado para restaurar la autonomía de su teléfono móvil.

Esto no solo resulta muy cómodo, sino que también permite ahorrar dinero. ¿Cómo? Pues evitando que el conductor tenga que instalar un punto de carga para vehículos eléctricos o utilizar los disponibles en la vía pública o en las electrolineras. Además, el precio del kWh en el hogar es mucho más económico que en estos lugares.

3. Apenas necesitan mantenimiento


En un principio, las baterías de plomo eran las más habituales en las motos eléctricas. Sin embargo, con el paso del tiempo, la batería de iones de litio ganó terreno por su mayor capacidad para almacenar energía, su menor peso y su vida útil más prolongada.

Eso sí, para que se mantenga en buen estado el mayor tiempo posible, hay que tener una serie de consideraciones en cuenta. Por ejemplo, una vez que la batería de iones de litio de un scooter eléctrico llega al 100 % de su autonomía, hay que desconectarla del cargador. Asimismo, nunca se debe dejar que su nivel de carga descienda por debajo del 15-20 %.

Si no tienes en cuenta estos consejos, el rendimiento a medio y largo plazo de la batería se verá perjudicado.

4. Tienen muchas vidas útiles


Los opositores a las motos eléctricas siempre han alegado que las baterías, una vez que llegan al final de su vida útil, generan una cantidad de residuos similares a los derivados de la combustión interna. Sin embargo, no es así en absoluto.

Como es obvio, los requisitos exigidos a una batería para mover una moto eléctrica a 50, 80 o 120 km/h son más altos que los necesarios para, por ejemplo, mantener encendido un teléfono móvil. Por ello, equipan celdas de litio de mayor calidad.

Cuando la batería de una moto eléctrica llega al final de su vida útil (generalmente, porque su capacidad de carga baja del 70 % de la inicial), hay que desecharla de forma adecuada. La razón es que esas celdas serán reutilizadas para alimentar dispositivos con menos requisitos. Un proceso que puede repetirse decenas de veces.

5. Se cargan durante la marcha

Esta es una característica propia de las motos eléctricas con frenada regenerativa. En concreto, lo que hacen es aprovechar la energía calorífica generada al apretar las manetas de freno y transformarla en energía eléctrica. Esto es clave para que este tipo de vehículos superen los 100 kilómetros de autonomía.

6. La autonomía de las baterías depende de la potencia del motor

Por norma general, una moto con motor de 250 cc de gasolina gasta más que una de 49 cc. Es normal. Al fin y al cabo, es más grande, ofrece mayor potencia y alcanza velocidades más altas.

Con las motos eléctricas sucede lo mismo, pero suele costarnos un poco hacernos a la idea. Esto se debe, principalmente, a que no emplean como unidad los CV de potencia, a los cuales estamos más acostumbrados.

La potencia nominal de un motor eléctrico se mide en kW de potencia. A su vez, este hace una demanda de energía a la batería que se cuantifica en kWh. Tenlo en cuenta a la hora de realizar los cálculos.

7. La autonomía se mide en kilómetros de aceleración


Otro dato curioso. Los motores de combustión interna, cuando se deja de pisar el acelerador, trabajan al ralentí. Es decir, se mantienen siempre revolucionados, aunque sea a velocidades bajas (entre 800 y 1200 rpm).

Sin embargo, esto no sucede con las motos eléctricas. En cuanto dejas de apretar el acelerador, el motor deja de pedir energía a la batería. Solo se mantiene un pequeño gasto residual, que es el derivado de mantener el cuadro de mandos y los faros encendidos. En muchos casos, este tipo de motos equipan baterías suplementarias con estas finalidades.

Por ejemplo, si echas un vistazo a cualquiera de las motos de nuestro catálogo, no tardarás en darte cuenta de que la autonomía va ligada a la velocidad. De hecho, encontrarás frases como “Autonomía máxima de 100 km circulando a 50 km/h”.

En definitiva, estos nos han parecido los datos más curiosos sobre las baterías de las motos eléctricas. De hecho, nos parecen aspectos clave que no todo el mundo conoce y que resultan imprescindibles a la hora de comprar una moto eléctrica. Esperamos haberte ayudado a comprender mejor cómo funcionan y a decidirte por el modelo ideal para ti.